EL MODULO Y LA ESTRUCTURA

1 MÓDULO

También llamado Motivo o Pattern, son aquellas formas, dentro de una composición, que se perciben idénticas o similares. Podría decirse que son formas o un conjunto de ellas que funcionan como unidades. Generalmente siguen un alineamiento compositivo específico.

El módulo también puede definirse como la parte de una totalidad que se toma como referencia cuantitativa en su construcción.

La manera más fácil de percibir una trama es a través de la repetición de módulos, como puede verse en los diseños textiles, o en los fondos de páginas web que repiten líneas o módulos gráficos muy pequeños.

Regulando características de escala, posición, distancia y dirección pueden generarse diferentes tensiones o ritmos visuales. De la misma manera, una eficaz utilización de estos criterios de relación, pueden llevarnos a composiciones equilibradas y estables.

Supermódulos y Submódulos: Un módulo puede estar compuesto, como vimos, por otras formas más pequeñas que siguen un patrón. Al traspasar el primer plano de la composición nos adentramos en el módulo donde podemos encontrar otra serie de formas unitarias relacionadas entre sí. Son los llamados submódulos.

Si por la inversa, al apreciar un módulo, retrocedemos para tener una visión más amplia de la composición y vemos que el mismo pasa a conformar un módulo mayor, estamos en presencia de un supermódulo.

El módulo, como forma repetida en el conjunto de la imagen, es un elemento estructurador de otras formas, que, por suma de unidades, da lugar a unas mayores. La organización del conjunto de­pende de sus múltiplos.

  

2 ESTRUCTURA

Es la disciplina que subyace y gobierna la disposición de las formas en una composición. El diseñador puede componer el mensaje visual teniendo previamente definida una estructura o bien, puede darse en forma inconsciente por la suma de diversos criterios aplicados individualmente.

Una estructura informal es aquella en la que la composición no sigue lineamientos preestablecidos. La organización es libre o indefinida.

2.1 Estructuras geométricas

La disposición de los módulos en el conjunto de la obra está sujeta a un esqueleto estructu­ral de tipo geométrico. La gran variedad de los mismos, basada en la apariencia formal de la unidad, proporciona esquemas también muy diferentes, con características compositivas de valores muy dis­tintos, en que participan de manera importante los conceptos de ritmo y movimiento.

Estructuras modulares se encuentran con bastante frecuencia en la naturaleza, donde exis­te una forma, que es la pieza menor del conjunto, que se repite sistemáticamente. Quizás las más co­nocidas son las que configuran las celdillas de los panales, con su característica forma hexagonal. Pero hay muchas más, tanto apreciables a simple vista como al microscopio. Entre las primeras, por ejemplo, la disposición de los granos de un racimo de uva o los granos de una mazorca de maíz, y entre las segundas, la disposición de los cristales de muchos minerales y los ojos de los insectos.

2.1.1. Redes y Mallas

El soporte que ordena las formas modulares, y que por tanto organiza el espacio compositivo, bien sea bidimensional o de tres dimensiones, está constituido por una estructura geométrica que en el plano se denomina red. Las redes formadas por polígonos y en cuya disposición no dejan huecos sin cubrir, son llamadas mallas.

Las redes y mallas pueden ser:

  • Simples, cuando están constituidas por la repetición de un único polígono, que por sus ca­racterísticas (ya que los ángulos de unión han de sumar 360°) pueden ser triángulos equilá­teros, cuadrados y hexágonos regulares.

  • Compuestas, si están formadas por dos o más tipos de polígonos.Diferentes redes modulares simples: triangulares, cuadradas y hexagonales.

Otra posibilidad compositiva es la superposición de redes, mediante la cual pueden lograrse módulos más complejos o divisiones y estructuras más o menos caprichosas.

Con el tratamiento individualizado de las formas modulares, y con la ordenación de las mismas, pueden crearse ritmos compositivos que incidan en el aspecto del movimiento, fundamentalmente atendiendo a los valores de:

  • Forma del módulo (dando mayor sensación de tensión visual cuando tienen entrantes y sa­lientes, y también cuando tienen líneas curvas en su configuración).

  • Tamaño del módulo: dando lugar a los conocidos como submódulos, elementos modula­res menores que proceden de la forma del mismo por subdivisión. Pueden crear la sensa­ción de profundidad en combinación con los mayores.

  • Aspecto. La diferenciación tanto de color como de textura de los diferentes módulos y/o agrupaciones incide en la apariencia final de la composición, así como en la estructuración de los distintos planos perceptivos.

  • Disposición espacial, siendo especialmente interesantes las diferentes alineaciones, rectas y curvas, así como las orientaciones espaciales en forma circular y espiral. La modulación bidimensional puede organizarse disponiendo los módulos de distintas maneras: tocándo­se, girándolos, por alternancia o superposición, etc., proporcionando en cada caso impre­siones diferentes.

Por otra parte, el trabajo basado en la superposición de diferentes tipos de redes, que dan lugar a mallas que son tramas estructurales muy variadas, suele estar basado en aplicaciones compositivas sobre la simetría del conjunto.

Variaciones compositivas a partir del desarrollo de la expresividad de las redes y mallas modu­lares son las deformaciones, que consisten en desviaciones, compresiones o dilataciones de las mis­mas que sirven para aumentar su valor expresivo. También las transformaciones, en que los módulos iniciales de una determinada apariencia van cambiando progresivamente de aspecto, para convertirse en otros absolutamente distintos en el otro extremo del plano. En este último sentido son muy interesantes las interpretaciones del matemático y creador artístico M. C. Escher, donde además juega con el concepto espacial figura-fondo.

La superposición de diferentes tipos de redes, los giros y movimientos a los que se les puede so­meter, así como las pequeñas o grandes variaciones de tipo estructural que con ellas pueden realizar­se, también dan lugar a efectos ópticos muy interesantes que algunos artistas han recogido en su obra. En este sentido es interesante destacar el movimiento del Op Art, donde la utilización de submodulación ha sido un recurso óptico muy utilizado para la representación del volumen en el plano. Nom­brar, como uno de los exponentes principales, al pintor Víctor Vasarely, que hizo de las posibilidades expresivas del módulo y las redes modulares, con sus variaciones y deformaciones, la base de su obra.

2.1.2. Tramas

Trama es la materialización compositiva de la estructura. Las formas y a su vez los módulos configuran visualmente el aspecto de la composición. Una tela es la resultante de una trama de fibras que se entrecruzan para configurar un producto concreto, de la misma manera la trama visual es el producto resultante de la interrelación de elementos gráficos y compositivos. 

Trama regular: Las líneas estructurales o criterios de composición son rígidos y regulados matemáticamente. Las resultantes son composiciones formales y armónicas.

Trama semiregular: Las tramas semirregulares tienen su origen en una composición regular pero presentan módulos que eluden el rigor formal para ser dispuestos arbitrariamente por el diseñador.

Trama inactiva: La trama inactiva es puramente conceptual. No condiciona la apariencia externa de sus módulos ni los espacios de la composición. El diseñador sigue un criterio, pero no es explicito gráficamente.

Trama activa: De forma explícita, la trama activa, deja ver el criterio exacto de disposición de los módulos. Son también conceptuales, pero dejan su huella sobre la composición.

Trama invisible: Dentro de las tramas activas, las invisibles son aquellas en las cuales la huella estructural deja de hacerse visible. Puede ser una contrafigura o un espacio en blanco que insinúa las líneas estructurales. Las líneas no son mensurables.

Trama visible: Siguiendo con las tramas activas, las visibles son las más explícitas de todas. La huella estructural tiene forma propia. En este caso las líneas se pueden medir, tienen consistencia formal. Un ejemplo de ello puede ser una composición sobre un fondo cuadriculado que regule las formas.

 

A – Trama regular     B – Trama semiregular    C – Trama inactiva    D – Trama activa – Visible    E – Trama activa – Invisible

2.2. Estructuras geométricas de organización

Reflexión: Llamamos reflexión, cuando tomamos una forma y la repetimos de manera espejada hacia la dirección opuesta de un eje de simetría. Imaginemos que la forma estuviese impresa en la página izquierda de un libro y nosotros damos vuelta la misma. La reflexión sería la nueva forma que se visualizaría en la página derecha a través del papel.

Traslación: Manejando la distancia entre módulos de manera gradual, podemos infundir ritmo visual a las composiciones. Esta gradación al trasladar y repetir los módulos puede darse tanto en su posición, escala, dirección y distancia. 

Rotación: Podemos diseñar a través de tramas, rotando sus módulos a partir de un centro en común, es lo que se llama una rotación radial. Los efectos logrados con este tipo de organización, tienden a guiar la vista del receptor hacia puntos muy fuertes de interés. Se generan centros focales específicos.